sábado, 21 de agosto de 2021

La justicia: la última barrera contra la dictadura del COVID

Ha transcurrido prácticamente un año y medio desde que comenzó este "evento del sars-cov-2" y lo que en un principio era un problema sanitario, ha acabado evolucionando hasta convertirse en un asunto político/administrativo, donde el poder ejecutivo ha decidido introducir un sinfín de absurdas normativas, que lejos de solucionar el problema sanitario inicial, lo que hacen es transformar nuestra sociedad en una sociedad orwelliana, digna de un película de ciencia ficción.

Es completamente normal que en cualquier evento masivo CBRN, ademas de los resultados directos derivados de la dispersión, en este caso, de un agente biológico (supuestamente de origen natural, aunque por su complejidad, habría que abordar este tema en otro post) se produzca otro fenómeno, que puede ser tanto o mas complejo de abordar que los efectos directos del propio agente, estamos hablando de los efectos psicológicos sobre la población general.

Como ya he comentado en algún otro post, las personas manejamos muy mal la incertidumbre, y la invisibilidad de un agente biológico(sars-cov-2),  la falta de transparencia y la falta de información clara y precisa sobre lo que esta ocurriendo por parte de las autoridades genera una psicosis masiva en la población

Pero lo mas peligroso es que entre esa población se encuentra nuestros dirigentes que también han sido absorbidos por el pánico y algunos de ellos, independientemente de su color o tendencia política, han comenzado a dictar normativa completamente desacertada, eliminando derechos y libertades fundamentales y estableciendo obligaciones propias de sistemas totalitarios.

Ante semejante atropello, la última barrera que puede detener este despropósito de dimensiones exageradas es la justicia. Los jueces solo tiene que apreciar cual es la "urgente necesidad y proporcionalidad" que los políticos esgrimen, pero que ninguna estadística ni dato objetivo apoya. Solamente con ese dato se desmonta cualquier ley dictatorial que se están intentado imponer.

Para cualquier ciudadano, la situación actual seria completamente normal si no fuera por el continuo bombardeo mediático de terror, que le hace sumirse en un miedo profundo y a comportarse de forma "estúpida".  Toser o tener mocos es algo completamente normal para un organismo humano que debe coexistir en un ecosistema  lleno de bacterias y virus, pero actualmente, para algunos ciudadanos "trastornados" una persona que tose o tiene mocos se convierte automáticamente en una especie de "zombie contagioso". 

Pero lo peor, y a lo que hemos llegado, es que una persona completamente sana y fuerte, por el hecho de no llevar un trocito de celulosa con dos hilillos delante de la cara o por el hecho de no tener la necesidad de inocularse alguna de las sustancias experimentales que supuestamente iban a solucionar todos lo problemas, se convierta (y así se afirma en medios de prensa de reconocido prestigio) en un criminal. Si, si han oído bien, tratan a personas sanas y fuertes de criminales. Que barbaridad!!!

De momento, parece que la justicia esta haciendo su trabajo y esta evitando que se comentan semejantes atropellos. Noticias como las siguientes arrojan un haz de luz para la vuelta a la normalidad, aunque llevará tiempo sanar las mentes de los "trastornados por el pánico":

Cuanto tardarán los dirigentes, expertos y demás personajes en el poder, en darse cuenta que el problema sanitario actual, importante, pero que ni de lejos alcanza la categoría de catástrofe, debe afrontarse con medidas sanitarias(mas recursos y personal sanitario, mejor gestión y coordinación, uso eficaz y eficiente de los recursos y del personal) y no medidas de contención (prohibiciones, restricciones, limitaciones). Evidentemente, va a ser muy difícil que lo hagan porque seria por su parte reconocer un error garrafal de enormes consecuencias políticas y sociales.

Esperemos, al menos, que la justicia nos lleve de vuelta al camino de la normalidad.

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